Investigadores
argentinos de la
Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional
de Rosario encontraron que el muérdago criollo tiene la propiedad de disminuir
el colesterol en la sangre.
Una especie
vegetal de la
República Argentina , la Ligaria
cuneifolia, conocida vulgarmente como “muérdago criollo” exhibe, tanto en
estudios in vivo como in vitro, prometedores atributos hipocolesterolémicos, es
decir capacidad de disminuir los niveles de colesterol en la sangre. La
hipercolesterolemia es uno de los factores que resulta imprescindible controlar
para reducir la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, debido a su papel
en la producción de arterosclerosis y su asociación con las cardiopatías
isquémicas. Las enfermedades cardiovasculares, consideradas hoy una “epidemia”
mundial, causan unas 17.000.000 de muertes por año, lo que equivale a un tercio
del total de defunciones, según datos recientes de la Organización Mundial
de la Salud
(OMS). De allí el interés permanente por desarrollar nuevas estrategias
terapéuticas.
El “muérdago criollo”, una especie muy difundida en el territorio argentino, es
una planta hemiparásita. En la
Argentina , principalmente en las provincias del interior,
como en el resto del mundo, la palabra “muérdago” es aplicada a las plantas que
tienen un comportamiento similar al de Viscum
album (es decir, al muérdago
nórdico, el ´auténtico´muérdago) y cierto grado de relación taxonómica. Son
plantas hemiparásitas que se desarrollan sobre vástagos leñosos, por lo tanto
dependen del hospedante para vivir, de donde obtienen el agua y los nutrientes
minerales; son organismos fotosintetizadores ya que producen sus propios
carbohidratos. Por su condición de hemiparásitas, en general están desprovistas
de raíces; al germinar la semilla da lugar a un disco de adhesión en el
hipocótilo que le permite aferrarse a la superficie de las ramas y de los
tallos del hospedante. Luego generan un cono de penetración que crece entre los
tejidos hasta llegar al xilema por donde circulan el agua y las sales.
El equipo interdisciplinario de investigadores está integrado por expertos de
las cátedras de Farmacobotánica, Farmacognosia, Farmacología, Inmunología,
Química General e Inorgánica, Tecnología Farmacéutica I, Citogenética y Química
Medicinal de la Facultad
de Farmacia y Bioquímica de la
Universidad de Buenos Aires (FFyB-UBA). Trabajaron en
colaboración con expertos de las facultades de Medicina, de Química y de
Bioquímica y Farmacia de la Universidad Nacional de Rosario, otra entidad
universitaria argentina.
Los científicos analizaron exhaustivamente las propiedades del muérdago
criollo, que en la medicina popular viene utilizándose ancestralmente, como
explica el doctor Marcelo Wagner, profesor titular de la cátedra de
Farmacobotánica, y director del Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez” de
la Facultad
de Farmacia y Bioquímica de la
UBA. Hallaron que esta planta medicinal es rica en
polifenoles, que son sustancias antioxidantes, y tanto en estudios
farmacológicos in vitro como in vivo, observaron que el extracto de muérdago
criollo favorece la disminución del colesterol plasmático, disminuye la
concentración de lipoproteína LDL, y también aumenta el flujo y la excreción de
colesterol por la vesícula biliar. Los resultados obtenidos fueron publicados
en dos artículos de la revista internacional Clinical
Hemorheology and Microcirculation.
Los polifenoles hallados en el muérdago son candidatos ideales para el
desarrollo de fármacos a partir de plantas medicinales. “Los estudios de
biodisponibilidad de los principios activos del muérdago en sangre, y los
estudios de hepatotoxicidad y genotoxicidad arrojaron resultados promisorios.
Demostraron que el uso prolongado de Ligaria como tratamiento del colesterol no
afecta el hígado y tampoco el material genético de las células”, señala Wagner.
Encontraron, además, que los extractos de muérdago resultan efectivos aun en
muy bajas dosis. El muérdago se perfila, entonces, como un gran candidato a la
transición de la medicina popular y la fitoterapia a un medicamento.
Los estudios de esta especie vegetal tienen larga tradición en la Facultad de Farmacia y
Bioquímica. De hecho, ya para mediados de la década de 1980 Wagner había
realizado su tesis doctoral sobre la temática. En distintas líneas de trabajo
con esta planta medicinal, los investigadores de la UBA habían hallado también
propiedades antitumorales y anticancerígenas.
El colesterol es una estructura esteroide que se encuentra en las membranas
celulares, es precursor de la vitamina D, de las hormonas sexuales y de las
sales biliares. El colesterol que circula por el cuerpo es transportado por la
sangre y se encuentra unido a proteínas llamadas lipoproteínas. Dos de las
lipoproteínas más importantes son la lipoproteína de alta densidad (HDL, del inglés
high density lipoproteins), y la lipoproteína de baja densidad (LDL del inglés
low density lipoproteins).
Las HDL retiran el colesterol de las células y de las arterias, y lo
transportan hacia el hígado donde es excretado por la vesícula biliar a los
intestinos para luego ser eliminado por el organismo. Las HDL son vulgarmente
conocidas como el colesterol “bueno”. Las LDL son las encargadas de llevar
colesterol hacia las células, y son popularmente conocidas como el colesterol
“malo”, dado que el aumento de su concentración en la sangre incrementa el
riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El colesterol total en el
plasma sanguíneo se calcula como la suma de HLD, LDL y otras lipoproteínas.
Si bien hoy se cuenta con drogas para tratar el aumento de colesterol, las
estatinas, tienen efectos adversos conocidos sobre el organismo. El consumo
prolongado de estastinas puede causar dolores musculares, debilidad muscular,
diabetes y daños en el hígado. “Los fármacos disponibles son muy eficientes para
tratar la fase aguda de la enfermedad, pero no se piensa en los afectos
adversos causados en los tratamientos prolongados o crónicos”, resalta Wagner.
Y agrega: “Los productos naturales no tienen la misma eficiencia en la fase
aguda que los medicamentos convencionales, pero en cambio, constituyen una
excelente opción para tratamientos crónicos al carecer de los efectos
colaterales que tienen las drogas de síntesis”.
“También, los fármacos que se desarrollen a partir del muérdago podrían
administrarse de forma conjunta con las drogas sintéticas en uso, para bajar
las dosis de estas y disminuir sus efectos indeseados”, postula, por su parte,
el doctor Rafael Ricco, profesor adjunto de Farmacobotánica.
El próximo paso consiste en lograr el apoyo de la industria farmacéutica que
permita desarrollar y lanzar al mercado un nuevo medicamento con compuestos
naturales, sintetizados por plantas y que aminore los efectos adversos de los
tratamientos farmacológicos convencionales.
FUENTE:
UBA/DICYT
No hay comentarios:
Publicar un comentario