La dehesa de Campanarios de Azaba, en
Salamanca, se ha convertido en la primera Reserva Entomológica de España. La Fundación Naturaleza
y Hombre, que gestiona este espacio con el objetivo de conservar la
biodiversidad de la dehesa como ecosistema, ha recibido hoy en Salamanca el
diploma que acredita este reconocimiento por parte de la Asociación Española
de Entomología. El objetivo es crear una red de reservas de insectos en toda
España.
Eduardo Galante Patino, presidente de la Asociación Española
de Entomología, ha destacado el carácter pionero de esta iniciativa, puesto que
sólo en el Reino Unido hay experiencias parecidas. “Nosotros queremos hacer una
auténtica red en España y éste es el pistoletazo de salida”. La creación de
esta red sería posible en colaboración con particulares, administraciones
locales y otras organizaciones cuando haya un compromiso de conservación de
hábitats.
La dehesa de Campanarios de Azaba posee
una gran riqueza de especies de artrópodos y poblaciones de especies de
insectos amenazadas. Su elección como primera Reserva Entomológica es “un apoyo
a una reserva privada que se está gestionando teniendo en cuenta el papel del
hombre en la naturaleza, un papel no agresivo, sino de manejo del medio”,
destaca Eduardo Galante. El modelo es una conservación integral de todos los elementos
de la dehesa, teniendo en cuenta que “la biodiversidad que hoy observamos es el
resultado de la cultura y de la historia”.
A través de la creación de la nueva
reserva se apoya al grupo de animales más abundante de la Tierra , puesto que se calcula
que existen 1.700.000 especies conocidas y que, de ellas, más de un millón son
insectos. Generalmente, “estamos gestionando la naturaleza pensando en los
vertebrados, que sólo son 4%”, advierte el presidente de la asociación, cuando
el papel ecológico de los insectos resulta fundamental, ya que sin ellos “no
habría polinización ni control biológico”.
José Ángel Arranz, director general del Medio Natural de Castilla y León, ha
recordado que la región se encuentra entre los territorios europeos con un mayor
índice de biodiversidad. “Cuando contamos especies, los vertebrados aportan un
número reducido de taxones, pero cuando descendemos a grupos como los
artrópodos encontramos esa biodiversidad a veces encerrada en hábitats
escondidos y poco divulgados”, ha declarado.
Una reserva de este tipo es “un compromiso voluntario de conservación de sus
propietarios o gestores basado previamente en un análisis científico que hace
la propia Asociación Española de Entomología y que indica que realmente tiene
unos valores importantes”. Tener este reconocimiento “debe ayudar a que se
pueda llevar a cabo la conservación de estos territorios y desde las
administraciones intentaremos que los proyectos que lleguen tengan prioridad
para quienes han mostrado un compromiso”, asegura el director general.
Arranz ha destacado el modelo de conservación de Campanarios de Azaba, que
agrupa desde los mamíferos y las aves hasta los insectos y que puede ser “un
ejemplo que demuestre que es posible tener modelos de rentabilidad económica basados
en poner en valor la biodiversidad. Ligado a eso, hay muchos proyectos
científicos que se van desarrollando con diferentes instituciones”, agrega.
La Asociación
Española de Entomología, fundada por un grupo de profesores e
investigadores de la Universidad
de Salamanca hace 35 años, celebra esta semana en el Edificio Dioscórides de la Facultad de Biología de
la institución académica salmantina las XXX Jornadas de la Asociación Española
de Entomología, que están sirviendo para conocer las últimas investigaciones en
esta rama del conocimiento.
FUENTE:
JPA/DICYT
A través de la creación de la nueva reserva se apoya al grupo de animales más abundante de
José Ángel Arranz, director general del Medio Natural de Castilla y León, ha recordado que la región se encuentra entre los territorios europeos con un mayor índice de biodiversidad. “Cuando contamos especies, los vertebrados aportan un número reducido de taxones, pero cuando descendemos a grupos como los artrópodos encontramos esa biodiversidad a veces encerrada en hábitats escondidos y poco divulgados”, ha declarado.
Una reserva de este tipo es “un compromiso voluntario de conservación de sus propietarios o gestores basado previamente en un análisis científico que hace la propia Asociación Española de Entomología y que indica que realmente tiene unos valores importantes”. Tener este reconocimiento “debe ayudar a que se pueda llevar a cabo la conservación de estos territorios y desde las administraciones intentaremos que los proyectos que lleguen tengan prioridad para quienes han mostrado un compromiso”, asegura el director general.
Arranz ha destacado el modelo de conservación de Campanarios de Azaba, que agrupa desde los mamíferos y las aves hasta los insectos y que puede ser “un ejemplo que demuestre que es posible tener modelos de rentabilidad económica basados en poner en valor la biodiversidad. Ligado a eso, hay muchos proyectos científicos que se van desarrollando con diferentes instituciones”, agrega.