La alergia al tomate puede llegar
a afectar hasta al 20% de la población, pero muchos alérgicos lo desconocen,
puesto que pueden causarles reacción partes del vegetal que no tocan ni
ingieren, como las semillas. Un equipo de científicos dirigidos por la Universidad Complutense
de Madrid ha descubierto dos nuevas proteínas presentes en esta zona del fruto
como responsables de las reacciones alérgicas.
La alergia al tomate tiene la
particularidad de que una persona puede ser alérgica a sus semillas pero no al
resto, y comer el vegetal sin desarrollar síntomas, siempre que no se incluya
esa parte. De hecho, uno de los alérgenos responsables de la reacción que se ha
identificado se halla en esta parte del fruto, que se encuentra en la parte más
interna del tomate, junto a una zona blanquecina llamada placenta.
Ahora, un
equipo de científicos dirigidos por la Universidad Complutense
de Madrid (UCM) ha descubierto dos nuevos alérgenos. “Estas proteínas son muy
estables y resistentes al tratamiento térmico y al proceso digestivo, por lo
que se puede tener alergia incluso al alimento cocinado, algo que no ocurre con
otros alérgenos alimentarios”, explica Mayte Villalba, investigadora del departamento de Bioquímica y Biología Molecular I de
la UCM y autora
principal del estudio.
Las proteínas,
que pertenecen a la misma familia (Sola l 7 y Sola l 6), se localizan
exclusivamente en las semillas del tomate. Los científicos tomaron muestras de
22 pacientes alérgicos al vegetal de los hospitales Infanta Leonor (Madrid) y
Regional Universitario de Málaga.
En su historia
clínica, todos los pacientes, con una edad media de 33,5 años, presentaron
diferentes síntomas al consumir el alimento, desde anafilaxia (reacción
alérgica grave por todo el cuerpo) a urticaria o síndrome de alergia oral
(alteraciones en boca y garganta). Algunos notaban que los síntomas
desaparecían cuando quitaban las semillas del vegetal, aunque la mayoría
dejaron de comerlo al notar las primeras reacciones.
Una alergia
desconocida por muchos
Los científicos
utilizaron muestras de suero de los pacientes para trabajar in vitro con
las proteínas purificadas y aisladas de las semillas. Ambas dieron resultados
positivos en el test SPT, que se utiliza para averiguar si los alérgenos dan
reacción en la piel.
El estudio,
publicado en Molecular Nutrition and Food Research y que cuenta con
la participación del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas, concluye
que ambas proteínas pueden ayudar en el diagnóstico de la alergia, que afecta a
entre un 1,5% y a un 20% de la población y desconocen gran parte de los
pacientes.
“El problema
radica en que hay ciertas partes del alimento que se quitan en su manipulación
durante la preparación del plato, como ocurre con las semillas. Cuando no se
realiza dicha separación, pueden aparecer reacciones alérgicas inesperadas”,
puntualiza Villalba.
Los síntomas
variarán en función de múltiples factores como el estado del tracto intestinal
del paciente, la combinación con alérgenos procedentes de otros alimentos o la
ingesta de fármacos.
Referencia
bibliográfica:
Martín-Pedraza
L, González M, Gómez F, Blanca-López N, Garrido-Arandia M, Rodríguez R, Torres
MJ, Blanca M, Villalba M y Mayorga C. “Two nonspecific lipid transfer proteins
(nsLTPs) from tomato seeds are associated to severe symptoms of tomato-allergic
patients” Molecular Nutrition and Food Research 60 (5) mayo de
2016. DOI: 10.1002/mnfr.201500782.
Fuente:
Universidad Complutense de Madrid
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