jueves, 28 de marzo de 2013

COMBATIENDO EL CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL CON LOS MÉTODOS DE CALIDAD PROBADA

Científicos del ARS y sus colaboradores están proveyendo nueva información a los agricultores en Montana, Dakota del Sur y Dakota del Norte sobre el valor de prácticas agrícolas de calidad probada para reducir su "huella de cambio climático".
Upendra Sainju y sus colegas con el ARS en Sidney, Montana, han estudiado cómo los sistemas de la labranza cero, la rotación de cultivos y otros enfoques pueden reducir las emisiones de los gases del efecto invernadero, mantener los rendimientos de cultivos, y reducir el uso del fertilizante de nitrógeno. ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés), y esta investigación apoya la prioridad del USDA de responder al cambio climático.

La agricultura contribuye aproximadamente el 25 por ciento del dióxido de carbono producido por los seres humanos y el 70 por ciento del óxido nitroso soltado a la atmósfera. La labranza, la secuencia de cultivos, las prácticas de manejo de cultivos y de los campos en barbecho, y el uso de fertilizantes de nitrógeno pueden tener papeles significativas en esas emisiones.
Los investigadores evaluaron los efectos del riego, la labranza, los sistemas de cultivación, y el uso de fertilizantes de nitrógeno en las emisiones de los gases del efecto invernadero en cinco sistemas de cultivación en el suelo arenoso limoso en la parte occidental de Dakota del Norte, donde los agricultores pueden regar sus campos.
Los científicos también estudiaron tres sistemas de cultivación en el suelo limoso en la parte oriental de Montana donde la irrigación típicamente no es una opción. Ellos cultivaron la cebada con la labranza convencional y sin o con el fertilizante de nitrógeno; la cebada con la labranza cero y sin o con el fertilizante; y una rotación de la cebada y los guisantes con la labranza cero y sin y con el fertilizante. Algunos sistemas recibieron el riego y otros no, y los investigadores anotaron la temperatura y la humedad del suelo, midieron la masa de las plantas, y usaron cámaras estacionarias con aberturas para medir las emisiones de los gases del efecto invernadero.
 

Sus resultados, los cuales fueron publicados en 'Journal of Environmental Quality' (Revista de Calidad Ambiental) y 'Soil Science Society of America Journal' (Revista de la Sociedad Americana de la Ciencia del Suelo) demostraron que, sin tener en cuenta el uso del riego, la rotación de la cebada y los guisantes en combinación con la labranza cero y una tasa reducida del uso del fertilizante de nitrógeno fue el sistema más eficaz para reducir las emisiones de los gases del efecto invernadero y mantener los rendimientos. También descubrieron que la rotación de la cebada y los guisantes permitió una reducción en el uso de los fertilizantes sin afectar negativamente los rendimientos.
Este estudio es parte de un esfuerzo extenso de examinar los efectos del riego y diferentes estrategias de manejo en la emisión de los gases del efecto de invernadero en la región de las Grandes Llanuras. Los agricultores han sabido por muchas décadas que la labranza cero mejora la calidad del suelo, y que la rotación de los cultivos reduce las malas hierbas, las enfermedades de plantas, y los insectos plagas. Pero este estudio y otros similares están animando a los agricultores a utilizar la labranza cero, la rotación de cultivos, y menos fertilizantes de nitrógeno.
Lea más sobre esta investigación en la revista 'Agricultural Research' de marzo del 2013.

viernes, 22 de marzo de 2013

INVESTIGAN CÓMO AFECTARÁ EL CAMBIO CLIMÁTICO A LOS ÁRBOLES TROPICALES

Investigadores en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) en Panamá pueden predecir la ubicación de árboles tropicales en función de su capacidad de resistir a la sequía y su necesidad de fósforo, un paso esencial en la predicción de los efectos del cambio global en los ecosistemas terrestres más biodiversos del planeta. Debido a que los bosques tropicales contienen un gran número de especies de árboles, muchas de ellas poco comunes, es muy difícil predecir los resultados de los cambios ambientales. Pero Richard Condit del Smithsonian y sus colegas tomaron ventaja de la geografía particular de Panamá para construir sus modelos predictivos.

“La marcada variación en la precipitación y las propiedades de los suelos a través del Istmo de Panamá nos permite aislar los efectos de la sequía y los nutrientes individuales del suelo en las distribuciones regionales de más de 500 especies de árboles, algo nunca antes hecho a esa escala” comenta Ben Turner, científico permanente del Smithsonian en Panamá. “Sabíamos que la sequía determina por qué muchas especies surgen donde están. Más sorprendente aún fue que el fósforo en los suelos influyó fuertemente la distribución de más de la mitad de las especies en el estudio.”

El fósforo, un recurso no renovable extraído predominantemente en pocos lugares, es un componente en los fertilizantes de bajo costo que dieron origen a la revolución verde. Sin embargo, las predicciones recientes sugieren que el fósforo puede empezar a escasear en las próximas décadas. “Si las predicciones actuales son ciertas, el agotamiento del fósforo supone un riesgo más importante para la sociedad que el cambio climático, a medida que nos impactará más pronto y afectará a todos a través de los crecientes precios de los alimentos,” comenta Turner.

Los árboles tropicales que prosperan en suelos con bajo contenido de fósforo pueden ser parte de la solución. “Los ecologistas tienden a pensar en el fósforo como algo que limita la productividad de los bosques,” comenta Turner, “Pero el fuerte vínculo existente entre la disponibilidad del fósforo y la distribución de las especies abre la posibilidad de identificar la base genética para la tolerancia de los bajos niveles de fósforo, el primer paso en la cría de plantas que no sean muy dependientes de fertilizantes que contengan fósforo.”
FUENTE: STRI/DICYT

miércoles, 20 de marzo de 2013

EL COLOR DEL ZUMO DE NARANJA INFLUYE EN LA PERCEPCIÓN DEL SABOR DE LOS CONSUMIDORES

Los zumos de frutas son una fuente de antioxidantes, además de contener vitamina C y provitamina A, aportan flavonoides y carotenoides, es decir, sustancias funcionales que no sólo alimentan, sino que cuentan con propiedades beneficiosas para la salud. No obstante, cómo percibe estas características el consumidor varía en función de la tonalidad del producto. Investigadores del grupo Color y Calidad de los alimentos de la Universidad de Sevilla han estudiado la relación entre el color y los aspectos sensoriales del zumo de naranja.
En este sentido, los investigadores han comprobado que pequeñas variaciones en el tono del color, por ejemplo, hacia más rojizo o más verdoso, hacen que varíe la percepción del consumidor. “Los catadores perciben los zumos verdosos como más ácidos. Además, cambian su valoración si ésta se realiza antes de probar el jugo (sólo observándolo) y después de probarlo”, explica la responsable del estudio Isabel Vicario.
Han comprobado que pequeñas variaciones en el tono del color, por ejemplo, hacia más rojizo o más verdoso, hacen que varíe la percepción del consumidor
Precisamente, uno de los factores que influyen en el color del zumo, la cantidad de pulpa, no siempre influye en el aroma, según han determinado los análisis de los científicos. “Hasta un 10% de pulpa aumenta la liberación del limoneno (uno de los compuestos más importantes para el aroma del zumo) en análisis in vivo, pero cantidades mayores tienen una incidencia imperceptible”, apostilla. Estas conclusiones se han publicado recientemente en la revista LWT-Food Science and Technology.
Por otra parte, los expertos han estudiado la incidencia sobre los compuestos saludables de procesos a los que se someten las naranjas para obtener zumo, como la supresión del amargor, para mejorar el sabor del producto final. En este sentido, los investigadores han comprobado que al eliminar el amargor no disminuyen los carotenoides, pero sí otro tipo de compuestos beneficiosos como los fenoles. Las conclusiones se han publicado recientemente en la revista Journal of Food Ingenieering. “Estos resultados indican que es recomendable exprimir la naranja en su punto óptimo de madurez, para evitar ese proceso de desamargado y conservar así los compuestos beneficiosos”, enfatiza Vicario.
Por otra parte, el procesamiento de la materia prima también influye en estas propiedades funcionales del producto. En concreto, los expertos han comparado el zumo de naranja industrial y el natural. “Hemos comprobado que la bioaccesibilidad de los carotenoides es mayor cuando los zumos se exprimen industrialmente que cuando se exprimen manualmente”, asevera Vicario.
Esta mejor absorción se explicaría por el tamaño de partícula que se reduce en el caso de los zumos industriales. En concreto, los expertos han analizado la bioaccesibilidad de un tipo de carotenoide, la beta-criptoxantina que fue superior en un 22% en el zumo exprimido industrialmente. Las conclusiones se han publicado en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry.

Simulando la digestión
Para determinar la cantidad de compuestos beneficiosos presentes en el zumo, los expertos han utilizado métodos de digestión in vitro, que simulan el proceso digestivo humano. Tras pasar por una digestión enzimática y posterior centrifugación, se analizan los compuestos resultantes, es decir, aquellos que estarían disponibles para su absorción.
“Estudiamos los componentes del zumo antes y tras hacerlo pasar por esta digestión simulada para conocer la bioaccesibilidad de los compuestos”. Para evaluar la biodisponibilidad los expertos analizan muestras de las células de la mucosa bucal, un indicador que refleja qué cantidad de lo absorbido ha llegado a los tejidos. “Hemos elegido este tipo de tejido por su carácter no invasivo, a diferencia de las muestras de sangre que resultan más complejos”, explica.

Referencia bibliográfica:
Rocío Fernández-Vázqueza, Robert Linforthb, Joanne Hortb, Louise Hewsonb, Dolores Hernanz Vilac, F.J. Heredia Miraa, Isabel M. Vicarioa, Ian Fisk. "Headspace delivery of limonene from the serum and non-serum fractions of orange juice in-vitro and in-vivo". LWT-Food Science and Technology51 (1): 65–72, abril 2013.
C.M. Stinco, Rocío Fernández-Vázquez, Dolores Hernanz, Francisco J. Heredia, Antonio J. Meléndez-Martínez, Isabel M. Vicario "Industrial orange juice debittering: Impact on bioactive compounds and nutritional value", Journal of Food Ingenieering.
Stinco CM, Fernández-Vázquez R, Escudero-Gilete ML, Heredia FJ, Meléndez-Martínez AJ, Vicario IM. "Effect of Orange Juice’s Processing on the Color, Particle Size, and Bioaccessibility of Carotenoids", Journal of Agricultural and Food Chemistry.
Fuente: Fundación Descubre

jueves, 14 de marzo de 2013

ABEJAS SILVESTRES MEJORAN LA CALIDAD Y OPTIMIZAN EL CULTIVO DE LOS CAFETALES

Una investigación desarrollada por entomólogos de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín demostró que si las abejas silvestres polinizaran las plantas de café aumentaría la calidad de los granos y, de paso, optimizaría los cultivos. Una de las características de las variedades de café que se producen en Colombia es que tienen la capacidad de autopolinizarse. Esto significa que no necesitan que un agente externo fecunde los óvulos de la flor para producir semillas y frutos.

“Por esta razón, se le ha dado poca importancia a la función que tiene la polinización cruzada por abejas en la producción y calidad de frutos de café, pues no existe ningún trabajo sobre el efecto de los polinizadores sobre estas características”, afirma Alexánder Jaramillo Delgado, entomólogo de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín.

En su tesis de grado, el magíster investigó el impacto que tienen las abejas silvestres en el cultivo, en aspectos como el número de granos por planta y el peso y aroma de las semillas. Estas características, según los resultados obtenidos, mejoran gracias a la polinización cruzada, que ocurre cuando el polen es llevado por el viento, los insectos o las aves a otras flores de la misma especie.

Según el profesor Óscar Efraín Ortega, director de la investigación, se estudió la acción de estos animales en tres sistemas: libre exposición (aire libre), libre exposición cerca de fragmentos de bosque y sombra.

También se comparó la autopolinización (aislamiento de las flores de los insectos) con la emasculación abierta (retiro de los estambres de la flor para evitar la autopolinización), la emasculación cerrada (sin estambres ni polinizadores) y la libre exposición (con visita de polinizadores).
 Una relación productiva
Los entomólogos hallaron que, al retirar los estambres –órganos masculinos de la flor que producen el polen (véase infográfico)–, se registraron los menores porcentajes de pérdida de grano. Esto significa que una mayor cantidad de frutos llegan a la madurez.

Lo anterior es indicador de que la planta responde mejor a la polinización cuando intervienen las abejas silvestres. Asimismo, sus semillas y frutos presentan un mayor peso promedio. Por ejemplo, el diámetro de la baya es más grande con la polinización abierta: alcanza los 1,6033 centímetros. En cambio, con la autopolinización (la forma habitual de fecundación en los cafetales) alcanza un tamaño medio de 1,3344 cm.

Igualmente, mejoran las propiedades de las semillas una vez secas, lo que favorece una mayor producción en términos de peso seco de los granos y en número de frutos.

Además, se observa una mayor concentración de azúcares, o grados brix, en frutos provenientes de este tratamiento. “Lo anterior puede mejorar el sabor y el aroma de los granos de café”, asevera el profesor Ortega.

En cuanto a los rendimientos de los cafetos, se estima que el tratamiento de emasculación abierta alcanzó un 92,33%, en el caso del cultivo estudiado en el municipio de Ciudad Bolívar, y de 93,47%, en el de Venecia. Esto significa un mayor éxito en términos de productividad.

El experto asegura que, por otra parte, es evidente el papel que tienen los cultivos de café en la conservación de las abejas silvestres de la región, como lo demuestra la alta diversidad de estos insectos asociados a los cafetos.

En total, se recolectaron 750 abejas de las familias Apidae, Halictidae y Megachilidae, que representan a tres de las cinco familias reportadas para Colombia, las cuales están distribuidas en 47 especies de 17 géneros, para el municipio antioqueño de Ciudad Bolívar, y en 50 especies de 20 géneros, para el de Venecia.

En las dos poblaciones, la riqueza y abundancia fueron mayores en los sistemas al aire libre. Los principales visitantes de las flores de café fueron los géneros Augochlorella, Apis, Trigona y Lasioglossum.

Buenas amigas
Estos datos demuestran el papel fundamental que juegan las abejas silvestres en la calidad del café y respaldan científicamente a aquellos caficultores que han decidido instalar colmenas artificiales cerca de las plantaciones.

En un país de tradición cafetera como Colombia –uno de los mayores exportadores del grano en el mundo–, esta clase de hallazgos permitirán crear nuevas prácticas para optimizar la producción.

En la actualidad, el café representa el 4% del producto interno bruto del país. La predicción de la Federación Nacional de Cafeteros, a finales del año 2012, era que la producción alcanzaría los 9 millones de sacos (un poco por encima del promedio de años anteriores, que fue de 8 millones), por efectos del clima y quebrantos de salud de los cafetales. Para incrementar esas cifras se requieren nuevos conocimientos y estrategias.

La polinización abierta podría ser una de ellas. Estudios recientes en países como Panamá, Costa Rica, Ecuador e Indonesia reportan aumentos significativos de la cantidad y la calidad de los frutos producidos gracias a esta bella relación natural entre abejas y plantas.
Fuente: UN/DICYT

jueves, 7 de marzo de 2013

INVESTIGADORES DE PEREIRA DESARROLLAN CULTIVO IN VITRO PARA MEJORAR LA CALIDAD DE LA PRODUCCIÓN DE LA MORA

En un trabajo conjunto, entre investigadores de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) y productores de mora de especie Castilla, se logró a través del cultivo in vitro, mejorar la producción y la calidad de éste tradicional fruto. El trabajo de investigación y de campo que se viene realizando desde hace más de tres años, arrojó como resultado que los productores de mora pasaron de cultivar ocho toneladas por hectárea al año a tener 15 toneladas por hectárea al año. Entre sus objetivos está desarrollar los protocolos para los cultivos in vitro y también colectar de las diferentes partes del país materiales cultivados, llevarlos al invernadero y establecer un banco de germoplasma para caracterizar con métodos moleculares las diferentes especies de moras existentes.

“Ha sido objeto de poca investigación en términos de mejoramiento genético o de estudios desde la diversidad genética que existe de esa especie en Colombia”, explicó Martha Leonor Marulanda Ángel, una de las integrantes del grupo en Biodiversidad y Biotecnología de la Facultad de Ciencias Ambientales de la UTP, encargado de la investigación del cultivo in vitro de la mora de Castilla.
 En el departamento de Risaralda, la mora de Castilla se cultiva en los municipios de Santa Rosa de Cabal, Santuario, Guática, Quinchía, Apía y Belén de Umbría, localidades que están por encima de los 1.400 metros sobre el nivel del mar. Lo mismo sucede en varios municipios de los departamentos de Calas y Quindío, donde se han adelantado trabajos de cultivo con las asociaciones de moreros.

El trabajo científico que ha realizado el grupo de investigación es desarrollar los protocolos para los cultivos in vitro y también colectar de las diferentes partes del país materiales cultivados, llevarlos al invernadero y establecer un banco de germoplasma para caracterizar con métodos moleculares las diferentes especies. “A pesar de que sea la misma especie puede haber diferencias importantes entre los materiales y eso es porque se adaptan a las condiciones climáticas distintas”, mencionó Marulanda.
 El trabajo de campo con los cultivadores de mora se logró a través de proyectos de participación que son financiados por el Ministerio de Agricultura, el cual exigía que los investigadores hicieran alianzas con los productores de este fruto, donde ellos montaron las parcelas y la mano de obra, y los científicos los apoyaron con el material vegetal y los insumos. “Los agricultores se convirtieron en co-investigadores y entraron a participar en la toma de datos y en las decisiones para establecer cuál era el material que se comportaba mejor”, comentó Marulanda.
 La experta agregó que la propagación de cultivo in vitro permite aumentar el número de plantas y sirve para ofertar materiales de diferentes orígenes y con diferentes características a los agricultores que de manera tradicional multiplican su misma semilla. “La innovación está es que nosotros estamos evaluando materiales de otras partes del país en los predios de los agricultores”, declaró Marulanda.

Los investigadores ayudaron a los cultivadores a mejorar sus prácticas agronómicas con abono y tecnología y de esa manera mejoraron la calidad y la productividad de la mora.

“Este es un cultivo asociado a pequeños productores donde se involucra la mano de obra familiar y tiene un componente social importante, es que si las familias tienen éxito con sus parselas, la comunidad permanecerá en sus predios”, concluyó.
FUENTE: AREANDINA/DICYT

miércoles, 6 de marzo de 2013

INVESTIGADORES DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA CREAN HUERTOS EN AMBIENTES ACUÁTICOS

Científicos de la Universidad de Costa Rica (UCR) perfeccionan un método de cultivo que podría solventar ambos escollos a la vez. De esta manera, si el agua no va a los cultivos, los cultivos van al agua. Se trata de cultivar directamente en la superficie de los mares y lagos. Al lograr una agricultura acuática a gran escala y económicamente viable, se resolvería de golpe el problema del espacio y del agua. En esto han estado trabajando por más de doce años investigadores (as) de la Escuela de Ingeniería agrícola, asociados a la Sede del Pacífico, al Centro para Investigaciones en Granos y Semillas (CIGRAS y la Escuela de Ingeniería Agrícola de la UCR, liderados por el doctor Ricardo Radulovich Ramírez.

Ellos han desarrollado huertos marinos, es decir cultivos en agua de mar, tanto en el Pacífico como en el Caribe, cultivando algas marinas y produciendo peces, bivalvos y camarones. También ejecutan un proyecto de investigación con huertos en agua dulce en la laguna del Arenal, el cual coordina la investigadora de la Escuela de Agronomía y del CIGRAS, Schery Umanzor. Para ello, aparte del apoyo de la UCR, el equipo del Dr. Radulovich ha recibido recursos del Fondo de Incentivos MICIT-CONICIT, del Banco Mundial, de la Fundación Bill y Melinda Gates y recientemente, para el trabajo en agua dulce, de la Fundación Grand Challenges Canadá.

Interés mundial
Esta tecnología también se pone a prueba en cultivos en el lago de Nicaragua en una colaboración de la UCR con el Grupo Cabal de ese país, donde se ha cultivado exitosamente lechuga, tomate y pepino y se están desarrollando métodos para sembrar plantas acuáticas como el lirio.

Como se desprende de los financiamientos externos recibidos, estas investigaciones de la UCR sobre la producción de alimentos en el agua, han captado el interés fuera de nuestro país, ya que podrían resolver el problema de la producción de alimentos en regiones que sufren su escasez debido a falta de terrenos fértiles o las constantes sequías.

Tal es el caso del continente africano, donde se dan largos periodos de sequía, pero que posee amplias zonas costeras y unos 150.000 kilómetros cuadrados de lagos. También en Europa despertó interés el trabajo de los científicos ticos en agricultura en agua dulce. Uno de los principales diarios de Inglaterra, The Guardian, publicó un extenso artículo titulado: La agricultura acuática ofrece una nueva solución a la escasez del agua” (Aquatic agriculture offers a new solution to the problem of water scarcity).

Cultivar en agua sin gastarla
El Dr. Radulovich explicó que “la idea es generar tecnología que permita producir en miles de kilómetros cuadrados de superficies de lagos, donde si se obtuvieran unas veinte toneladas por hectárea, ya se estaría llegando a generar una producción considerable y a bajo costo”.

Explicó que el cultivo de plantas en agua ya se ha desarrollado en la hidroponía e incluso lo practicaban los pueblos indígenas, pero lo novedoso de esta investigación es “querer encontrar cómo hacer de esto algo viable a una escala que tenga un impacto en la producción de alimentos”.

Destacó que “la idea clave es que producir en la superficie del lago no gasta agua, puesto que a través del cultivo se produciría la misma evaporación que se daría en la superficie del lago”. Una ventaja adicional de este tipo de cultivo es que las plantas son menos susceptibles al ataque de plagas de insectos.

Enfatizó que el objetivo es “crear modelos aplicables a gran escala utilizando el agua de los lagos, pero sin gastarla, lo cual daría una optimización fantástica en su uso, en tiempos cuando el agua para el regadío se ve impactada por los vaivenes climáticos que afectan la lluvia.

El proyecto de investigación ya ha obtenido sus primeros frutos, pues “ha logrado un sistema de producción viable para el lirio acuático con un modelo llamado de “línea flotante”, en el cual se ha conseguido un crecimiento adecuado de las plantas,, además de producir hortalizas con sus raíces directamente en el agua, lo cual a su vez evita el tener que estar regando macetas”, concluyó.

Los modelos que se están ideando son flexibles y adaptables a diferentes condiciones de cultivo, como el grado de oxigenación del lago y el uso que se le quiera dar al producto cosechado.

También contemplan modelos adaptados según si el fin es producir alimento para el consumo humano o animal. En este último caso el Dr. Radulovich mencionó como ejemplo un posible criadero de peces herbívoros, tanto marinos como de agua dulce, “que se podrían alimentar directamente con las plantas acuáticas, lo que evitaría utilizar grandes cantidades de alimento concentrado, ya que ellos se alimentarían directamente de las plantas flotantes”.
Fuente: UCR/DICYT

lunes, 4 de marzo de 2013

EL CSIC ESTUDIARÁ EL CRECIMIENTO DE LAS PLANTAS EN CONDICIONES DE GRAVEDAD CERO EN LA ESTACIÓN ESPACIAL INTERNACIONAL

El proyecto internacional Seedling Growth, codirigido por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Mississippi (Estados Unidos), envió al espacio el 1 de marzo una cápsula con material de investigación para estudiar el crecimiento y desarrollo de las plantas en condiciones de gravedad cero. La carga científica partirá desde Cabo Cañaveral (Estados Unidos) a bordo de la nave no tripulada Dragón rumbo a la Estación Espacial Internacional.
“Los resultados que perseguimos con esta serie de investigaciones espaciales serán fundamentales para definir las condiciones de crecimiento de las plantas que servirán de alimento a los astronautas en futuras estancias en el espacio, e incluso en los viajes tripulados a Marte que ya se están proyectando. Además, contribuirán al aumento de la sostenibilidad y eficiencia de la agricultura terrestre”, explica el investigador del CSIC y codirector del proyecto Javier Medina, del Centro de Investigaciones Biológicas.
Este es el primer envío a la Estación Espacial Internacional de los tres que tiene previsto realizar el proyecto. Los siguientes tendrán lugar en 2014 y 2015.
 Antecedentes
Tanto el equipo del CSIC como el de la Universidad de Mississippi han realizado con éxito experimentos previos en el espacio. El grupo del CSIC desveló, tras el análisis de los datos recogidos durante la misión Cervantes a la estación orbital, la existencia de alteraciones en la proliferación y el crecimiento celular en los órganos encargados de proveer células para el desarrollo de la planta adulta. Por su parte, resultados obtenidos por el equipo norteamericano en la Estación Espacial Internacional muestran que las plantas presentan un comportamiento anómalo frente a la luz cuando crecen en ausencia de gravedad, lo que supone la reaparición de mecanismos evolutivamente ancestrales que fueron posteriormente descartados u ocultados al evolucionar las plantas en presencia de la gravedad terrestre.
 Colaboración internacional
“Seedling Growth es el proyecto más ambicioso que se ha programado hasta ahora en la instalación para la investigación con plantas con que cuenta la Estación Espacial Internacional. La cooperación internacional ha sido un factor clave, ya que aunque las Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA cooperan de modo global en la estación orbital y en otros ingenios espaciales, no es frecuente la realización de proyectos concretos de investigación compartidos, sobre todo en el campo de ciencias de la vida”, añade el investigador del CSIC Raúl Herranz, del Centro de Investigaciones Biológicas.
“Además de Seedling Growth, estamos trabajando en un nuevo proyecto europeo con el que pretendemos mantener el liderazgo español de esta investigación con al menos otros tres vuelos espaciales antes de 2020. La continuidad de la contribución española al programa de microgravedad de la ESA es esencial para este objetivo”, concluye Medina.
FUENTE: CSIC