En un trabajo conjunto, entre investigadores de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) y productores de mora de especie Castilla, se logró a través del cultivo in vitro, mejorar la producción y la calidad de éste tradicional fruto. El trabajo de investigación y de campo que se viene realizando desde hace más de tres años, arrojó como resultado que los productores de mora pasaron de cultivar ocho toneladas por hectárea al año a tener 15 toneladas por hectárea al año. Entre sus objetivos está desarrollar los protocolos para los cultivos in vitro y también colectar de las diferentes partes del país materiales cultivados, llevarlos al invernadero y establecer un banco de germoplasma para caracterizar con métodos moleculares las diferentes especies de moras existentes.
“Ha sido objeto de poca investigación en términos de mejoramiento genético o de estudios desde la diversidad genética que existe de esa especie en Colombia”, explicó Martha Leonor Marulanda Ángel, una de las integrantes del grupo en Biodiversidad y Biotecnología de la Facultad de Ciencias Ambientales de la UTP , encargado de la investigación del cultivo in vitro de la mora de Castilla.
En el departamento de Risaralda, la mora de Castilla se cultiva en los municipios de Santa Rosa de Cabal, Santuario, Guática, Quinchía, Apía y Belén de Umbría, localidades que están por encima de los 1.400 metros sobre el nivel del mar. Lo mismo sucede en varios municipios de los departamentos de Calas y Quindío, donde se han adelantado trabajos de cultivo con las asociaciones de moreros.
El trabajo científico que ha realizado el grupo de investigación es desarrollar los protocolos para los cultivos in vitro y también colectar de las diferentes partes del país materiales cultivados, llevarlos al invernadero y establecer un banco de germoplasma para caracterizar con métodos moleculares las diferentes especies. “A pesar de que sea la misma especie puede haber diferencias importantes entre los materiales y eso es porque se adaptan a las condiciones climáticas distintas”, mencionó Marulanda.
El trabajo de campo con los cultivadores de mora se logró a través de proyectos de participación que son financiados por el Ministerio de Agricultura, el cual exigía que los investigadores hicieran alianzas con los productores de este fruto, donde ellos montaron las parcelas y la mano de obra, y los científicos los apoyaron con el material vegetal y los insumos. “Los agricultores se convirtieron en co-investigadores y entraron a participar en la toma de datos y en las decisiones para establecer cuál era el material que se comportaba mejor”, comentó Marulanda.
La experta agregó que la propagación de cultivo in vitro permite aumentar el número de plantas y sirve para ofertar materiales de diferentes orígenes y con diferentes características a los agricultores que de manera tradicional multiplican su misma semilla. “La innovación está es que nosotros estamos evaluando materiales de otras partes del país en los predios de los agricultores”, declaró Marulanda.
Los investigadores ayudaron a los cultivadores a mejorar sus prácticas agronómicas con abono y tecnología y de esa manera mejoraron la calidad y la productividad de la mora.
“Este es un cultivo asociado a pequeños productores donde se involucra la mano de obra familiar y tiene un componente social importante, es que si las familias tienen éxito con sus parselas, la comunidad permanecerá en sus predios”, concluyó.
FUENTE: AREANDINA/DICYT
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