No
fue hasta que los médicos de Italia y España Pietro Andrea Mattioli y Andrés
Laguna publicaron su traducción de Dioscórides cuando se deshizo el entuerto
El díctamo es una
de esas plantas antiguas cuya relevancia a lo largo de los tiempos se pone de
manifiesto tanto en la medicina como en la magia, como componente de las
fórmulas magistrales de Dioscórides, como de los ensalmos para invocar a
ángeles y demonios en el Grimorium
Verum, también llamado Clavícula
de Salomón, sin duda uno de los libros más buscados e incinerados por los
tribunales de la
Inquisición.
"Pero el problema está en el concepto que tenían los antiguos sobre las
plantas, más utilitario que científico, lo cual permitía que con un mismo
nombre se designasen varias plantas muy distintas botánicamente hablando, pero
con virtudes terapéuticas similares", explica el profesor de Botánica de la Universidad de
Alicante, investigador del Instituto Universitario de Investigación CIBIO, y
director de la
Estación Biológica-Jardín Botánico de Torretes Segundo Ríos
Ruiz. Para resolver este viejo enigma, el grupo de investigadores compuesto por
Vanessa Martínez Francés, de la UA ;
Diego Rivera, de la
Universidad de Murcia; Conchita Obón, de la Universidad Miguel
Hernández; M. Heinrich, de la
UCL School of Pharmacy de Londres; y Segundo Ríos Ruiz, de la UA , han estado investigando y
recopilando información escrita desde el s. V a.C. hasta nuestros días y
evidencias arqueológicas incluso más antiguas, como los frescos de Knossos en
Creta, con el objetivo de aclarar y saber a qué especie o especies botánicas se
referían cada uno.
Las conclusiones de esta investigación se han publicado como una amplia
revisión, en la revista científica Journal
of Ethnopharmacology en
diciembre de 2015, bajo el título An
ethnopharmacological and historical analysis of “Dictamnus”, a European
traditional herbal medicine. Dentro de este estudio, los autores reconocen
que, bajo el concepto antiguo de “Dictamnus", se manejaron en las
farmacias de todo el Mundo antiguo, al menos cinco especies de plantas
medicinales distintas, pertenecientes a las Familias botánicas de las Rutáceas
y Lamiáceas, usadas tradicionalmente para problemas ginecológicos preparto y
postparto, otras enfermedades graves como la epilepsia, o simplemente, como
antídotos de todo tipo de venenos. Así ocurrió con el intento de envenenamiento
con arsénico del Papa Luna (Benedicto XIII), confinado en su castillo de
Peñíscola, y cuya vida recuperó un monje judeo-converso gracias a un bebedizo
entre cuya composición figuraba el díctamo. El Papa se salvó de la muerte y,
desde entonces, se conoce esta fórmula como “tisana del Papa Luna”.
Los resultados de esta revisión no sólo han constatado todas las especies
relacionadas con el “díctamo” de las cuales las más importantes son Dictamnus albus y Dictamnus
hispanicus (Fam. Rutaceae), Origanum dictamnus y Ballota pseudodictamnus(Fam. Lamiaceae), si no que han
puesto de manifiesto dos tradiciones antagónicas respecto de estas plantas; por
un lado y siguiendo a los textos clásicos greco-latinos, el sur de Italia,
Grecia, Creta, Turquía, Palestina, norte de África y en general todos los
países islámicos usaron y recomendaron O.
dictamnus (un orégano
endémico de Creta) que, en su defecto y con mucha frecuencia, se adulteraba con B. pseudodictamnus (un manrrubio muy abundante en
Italia). Por otro lado, la tradición balcánica, centro-europea e ibérica
recorriendo las cadenas montañosas Europa desde los Cárpatos, Alpes, Pirineos
hasta la Sierra Nevada ,
que siempre usaron Dictamnus
albus (también D. hispanicus en el este, sureste y sur de España)
de la FamiliaRutaceae.
Desde Suecia el científico Linneo (1753) al nombrar a estas
tres plantas, concedió más crédito a la tradición botánica germánica y dejó
para estas últimas el nombre latino a nivel de género, aunque dejando el rastro
de la antigua confusión en sus epítetos específicos. "Es curioso como en
España, a pesar de la fuerte herencia de la medicina árabe, se impuso al menos
a nivel popular, la tradición nórdica frente a la tradición mediterránea",
afirma el botánico.
El díctamo en la
Comunidad Valenciana
Pero, sin duda, la gran importancia de esta planta en la Comunidad Valenciana
queda
reflejada en un hecho singular. El díctamo (D. hispanicus) de esta
zona tiene un nombre popular propio y diferente para cada una de nuestras tres
provincias: timó real en Alicante, alfábega de pastor en Valencia y gitam en
Castellón.
En Alicante, el timó real, es precisamente una de las plantas más buscadas para
la elaboración del herbero, bebida hidroalcohólica basada en la maceración de
numerosas plantas medicinales. En Castellón, su importancia es si cabe mayor, y
el licor de hierbas se denomina asimismo gitam. En las provincias limítrofes
manchegas, murcianas y andaluzas, esta planta se denomina tarraguillo, y sus
efectos afrodisíacos quedan patentes en el dicho popular “Si en tu huerta
criases el tarraguillo, estaría toda la noche, que te agarro, que te pillo”. En
la Comunidad
Valenciana , recuerda Segundo Ríos, también ha quedado un
"bonito rastro del uso mágico del Díctamo, en el elenco de Les Rondalles
Valencianes de Enric Valor; en concreto, se menciona en la rondalla del Rei
Astoret, que maltrecho del mal de amores, acude a un mago y este a su vez, ante
el problema invoca a un hada, haciendo un sahumerio con polvos de tres plantas
mágicas: blenera, herbeta de la sang y timó real, a cuyo aroma el hada no tardó
en acudir".
"Hasta bien entrado el siglo XVI, no se pudo determinar la magnitud de
esta gran confusión entre plantas tan distintas", asegura Ríos Ruiz, que
no fue hasta que los médicos de Italia y España respectivamente, Pietro Andrea
Mattioli (año 1554) y Andrés Laguna (año 1555), publicaron su traducción de
Dioscórides, cuando se deshizo el entuerto. Laguna nació en Segovia, estudió en
Salamanca y quizás por ser descendiente de conversos, prefirió trabajar en
otros países de Europa. Ambos autores, ayudaron a discernir claramente entre
los distintos “dictamnus” que circulaban por las boticas y que "a la hora
de usarlos como medicamentos, el problema era de tal magnitud que se podía
prescribir por confusión un “orégano” (Origanum dictamnus) para los
ataques de epilepsia en lugar de raíces del Díctamo verdadero (Dictamnus
albus, D. hispanicus) que si servía para ello", asegura el científico.
FUENTE:
UA / DICYT