Se ha logrado un 80 por ciento de
supervivencia media de los árboles reforestados frente al entre 5 y 20 por
ciento obtenido con los medios tradicionales.
Tras cinco años de trabajo, los socios del
proyecto europeo LIFE+ The Green Deserts (Los Desiertos Verdes), coordinado por
la Universidad
de Valladolid (UVa), presentan los resultados en una Conferencia Internacional
que tiene lugar hoy miércoles y mañana, 18 de junio, en el Palacio de Congresos
Conde Ansúrez de Valladolid. El evento coincide con el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación ,
que se celebra anualmente el 17 de junio.
El proyecto ha conseguido demostrar la eficacia de una innovadora tecnología, denominada Groasis Waterboxx (WB), para la plantación de árboles en zonas desertificadas, pobres o rocosas. Con este sistema, que no necesita riego, se ha logrado un 80 por ciento de supervivencia media de estos árboles frente al entre 5 y 20 por ciento obtenido con los medios tradicionales.
En la presentación de
Por su parte, la directora general Desarrollo Rural y Política Forestal del Ministerio de Agricultura ha hecho hincapié en que
En
Lucha contra la desertificación
El proyecto LIFE+ Los Desiertos Verdes surge en el contexto de las condiciones medioambientales de
En este sentido, el cambio climático supone un gran reto para la agricultura y la selvicultura tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. A nivel nacional, se estima que la desertificación crece un 8 por ciento al año.
El fin último del proyecto europeo ha sido demostrar la viabilidad técnica y económica de la aplicación a gran escala de la tecnología Groasis Waterboxx para que sea implementada como herramienta de reforestación y en la lucha contra los efectos desastrosos del cambio climático. Para ello, se han reforestado áreas de cinco provincias españolas que se caracterizan por incluir en su territorio zonas secas, con diferentes climas, tipos de suelo, usos de tierra y presencia de árboles autóctonos.
Cinco zonas degradadas
Concretamente, los trabajos se han llevado a cabo en la estación de esquí de San Isidro (León) en un área con baja capacidad de retención de agua en la que la nieve está presente durante gran parte del año; en Riofrío de Aliste (Zamora), donde se ha reforestado una mina de pizarra, en una zona que presenta vientos fuertes, un suelo ácido y una sequía extrema en verano; en Matallana (Valladolid), en unos terrenos abandonados, usados como vertederos ilegales y muy difíciles de reforestar por falta de capa vegetal; en San Mateo de Gállego, en Los Monegros (Zaragoza), una zona caracterizada por una desertificación extrema, debido a la escasa precipitación y a sus suelos muy pedregosos y arcillosos; y en Viladecans y Sant Boi de Llobregat (Barcelona), en un área muy inclinada, susceptible a incendios forestales, con un suelo muy pedregoso y con baja capacidad de retención de agua.
En total, se han reforestado
El peso de la parte investigadora ha recaído en un equipo de
Como explica Zacarías Clérigo, el equipo no solo se ha encargado del diseño de las áreas de experimentación, la selección de las plantas y la monitorización de las actividades de reforestación, sino que también ha optimizado el sistema. “Hemos mejorado el diseño del prototipo inicial de Groasis Waterboxx, su estructura y también el material, ya que el primero era de plástico (polipropileno) y hemos evolucionado a uno de cartón reciclado que supone un abaratamiento del coste, es biodegradable e inocuo y además aporta nutrientes a estos suelos degradados”, apunta.
Control de la supervivencia mediante
drones
Para el seguimiento de la tasa de supervivencia de las plantas los investigadores han utilizado drones con sensores optimizados para capturar longitudes de onda del espectro visible y del infrarrojo cercano, lo que ha permitido reducir costes en los muestreos. “Lo que hacemos con los drones es evaluar la cantidad de biomasa que va creciendo y además las cámaras de infrarrojo nos permiten detectar los árboles que tienen ciertas enfermedades y conocer cuáles son”, agrega el coordinador del proyecto.
Además de una supervivencia media cercana al 80 por ciento, los investigadores han comprobado que la utilización del Groasis Waterboxx durante el primer año es fundamental para la supervivencia y consolidación del árbol y sus raíces en el subsuelo. También han determinado que es imprescindible utilizar plantones de alta calidad, una correcta gestión de la plantación, además de un mantenimiento adecuado posterior. Asimismo, se ha detectado un aumento de la biodiversidad en las áreas reforestadas durante el proyecto.
A pesar de ser muy efectivo en términos de supervivencia, el Groasis Waterboxx es aún demasiado costoso para ser viable. No obstante, el prototipo de cartón de pulpa biodegradable aparece como una interesante oportunidad para ser producido a gran escala en el futuro y competir realmente como una alternativa a los métodos tradicionales de reforestación.
“En aquellas zonas secas donde es difícil la explotación agraria tradicional y el agua es muy cara, este sistema permite introducir ciertos cultivos que de otra manera sería imposible, como maderas nobles, cultivos de almendro o pistacho, e Incluso se podrían producir hortícolas, como tomates, convirtiéndose en una herramienta fundamental para la agricultura ecológica”, señala Clérigo.
Los socios del proyecto han organizado
diversas sesiones de capacitación, jornadas técnicas y conferencias, tanto a
nivel nacional e internacional, sobre temas como la desertificación, el uso
sostenible del suelo, la reforestación y el cambio climático. En esta línea, se
han celebrado varios eventos de difusión de información y concienciación con
visitas a las plantaciones en las que participaron activamente sectores locales,
organizaciones internacionales y voluntarios. Por otro lado, se han realizado
varios videos sobre el proyecto y su efecto en la lucha contra la
desertificación y el cambio climático.
LOS DATOS
Proyecto: LIFE+
The Green Deserts (LIFE09 ENV/ES/447). New planting techniques for tree
cultivation in desertified environments to face climate change.
Coordinador: Fundación General de la Universidad de
Valladolid.
Socios: AquaPro BV, Sylma BVBA (Bélgica), Diputación Valladolid,
Diputación León, Ayuntamiento de San Mateo de Gállego (Zaragoza), Ayuntamiento
de Riofrío de Aliste (Zamora) y Transfer Latin Business Consultancy S.L
(Holanda).
Presupuesto: 2.074.518 euros (1.007.997 financiados
por la Comisión
Europea ).
Duración: 5 años (01/09/2010 – 31/08/2015).
FUENTE:
UVA/DICYT
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