Investigadores de la UPM desarrollan un índice para medir la capacidad de adaptación al cambio climático de la agricultura en la cuenca del Mediterráneo.
El índice elaborado -que tiene en cuenta el potencial económico, los recursos naturales, los recursos cívicos y la innovación agraria para medir la capacidad de adaptación agrícola en el área mediterránea- servirá para ayudar a diseñar políticas que reduzcan la vulnerabilidad del sector ante el cambio climático.
La alteración del clima en el Mediterráneo supondrá graves riesgos para los recursos hídricos de la región y, como uno de los sectores más vinculados al agua, la agricultura será uno de los sectores más afectados. Las políticas públicas son, por tanto, uno de los elementos cruciales en la adaptación a las alteraciones climáticas. Para estudiar todo esto, un equipo de investigación liderado por Ana Iglesias, profesora de la ETSI Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid, ha realizado un análisis de la escasez de agua causada por el cambio climático y de los posibles impactos de este fenómeno. Además han investigado cuales son los factores sociales y físicos que limitan la adaptación a estos cambios.
Plantación de arroz en la provincia de Valencia
La mayor contribución de esta investigación es el índice de capacidad de adaptación que mide la capacidad de un sistema para ajustarse al cambio climático con el fin de moderar el efecto de los impactos negativos y aprovecharse de las oportunidades que estos cambios puedan crear. El índice también se aplica bajo dos escenarios SRES de cambio climático (el B2 y el A2) lo cual permite un análisis del desarrollo de la capacidad de adaptación bajo condiciones futuras.
Francia y España, los países con más capacidad de adaptación
Los investigadores han obtenido resultados para el sector agrícola en España, Egipto, Francia, Libia, Marruecos y Túnez. Según estos resultados Francia y España son los países con mayor capacidad de adaptación, mientras que Túnez, Libia, Marruecos y Egipto arrojan resultados más bajos. El análisis llevado a cabo demuestra que los componentes socio-económicos considerados en el índice son responsables en gran parte de las variaciones regionales en la capacidad de adaptación.
El gran atractivo de este índice y de los resultados obtenidos es su capacidad para determinar los sectores prioritarios en el desarrollo de políticas para su adaptación tanto a nivel local como regional. Esto tiene especial interés para el sector agrícola mediterráneo que ya sufre la escasez de recursos hídricos. La identificación de los sectores más vulnerables dentro de los sistemas mediterráneos ayudará a fortalecer la agricultura ante los impactos del cambio climático.
Iglesias A, Quiroga S, Schlickenrieder J. Climate change and agricultural adaptation: assessing management uncertainty for four crop types in Spain. CLIMATE RESEARCH 44 (1): 83-94. 2010.
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