Ricas
en proteínas y minerales, las legumbres no solo contribuyen a cuidar la salud
de las personas sino también la del medio ambiente. Sus características, entre
las que se incluyen una baja huella ecológica y la mejora de la fertilidad de
los suelos, las han convertido en las protagonistas del 2016, el Año Internacional de las Legumbres según la Organización de las
Naciones Unidas (ONU). Estos son los motivos por los que lentejas, frijoles y
otros cientos de cultivos han recibido este honor.
Son alimentos nutritivos y completos
Las
legumbres son ricas en nutrientes y una gran fuente de proteínas y fibra. “Su
contenido en proteínas es mucho más alto que el del maíz, el trigo o el arroz.
La combinación de legumbres con cereales aporta una fuente de proteínas
sumamente completa, comparable a la proteína animal”, explica en un vídeo de la FAO Marcela Villareal, Directora de la Oficina para Asociaciones,
Promoción y Desarrollo de Capacidades de la
organización.
Son
también ricas en minerales (hierro, magnesio, potasio, fósforo, zinc) y
vitaminas del grupo B (tiamina, riboflavina, niacina, B6 y ácido fólico) y
tienen un bajo contenido en grasa y nada de colesterol.
Además, un estudio liderado por la Universidad de Manitoba (Canadá) indica que comerlas
regularmente puede ayudar también a controlar y combatir la obesidad. “Tienen
una serie de aportes importantes para la salud. Ayudan a manejar el nivel de
azúcar en sangre, por lo que son un apoyo en cuanto al colesterol y la
diabetes”, concreta Villareal.
Fomentan la agricultura sostenible
Un
atributo importante de las legumbres es su capacidad de fijar el nitrógeno
biológicamente. Estas plantas, en simbiosis con ciertos tipos de bacterias
(como Rhizobium, Bradyrhizobium),
son capaces de convertir el nitrógeno atmosférico en compuestos de nitrógeno que pueden
ser utilizados por las plantas en crecimiento, lo que mejora la fertilidad del
suelo.
“El
nitrógeno y los fósforos son importantes nutrientes para las plantas en
crecimiento. La habilidad de generar de manera natural estos fertilizantes hace
que los granjeros no tengan que usar químicos”, explica a Sinc Teodardo Calles,
Oficial Agrónomo de la FAO.
"Son
también un cultivo que permite la diversificación. Si se incluyen en la
rotación de cultivos interrumpen los ciclos de insectos y permiten continuar la
producción futura en la misma parcela de tierra”, añade el experto.
Apenas se desperdician
En
comparación con otros cultivos, las legumbres tienen una huella reducida de desperdicio alimentario, es
decir, se desperdicia una parte muy pequeña de los cultivos, como se ve en la
siguiente gráfica.
Según
la Plataforma Técnica del G20 sobre la medición y reducción
de pérdidas y desperdicio de alimentos, la contribución de las
legumbres al desperdicio total de alimentos es baja en todas las regiones, lo
que las convierte en una fuente ecológica de nutrientes.
A
ello contribuye que puedan emplearse para el autoconsumo o como cultivos
comerciales y que los residuos de los cultivos de leguminosas de grano puedan
utilizarse potencialmente como forraje animal.
Mitigan el cambio climático
Las
especies de legumbres tienen una amplia diversidad genética, que permite que se
puedan seleccionar o desarrollar variedades mejoradas. Esto es particularmente
importante para la adaptación al cambio climático, debido a que de esta amplia
diversidad pueden obtenerse más variedades resistentes al clima.
“Los
científicos del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Colombia
trabajan actualmente en el desarrollo de legumbres que puedan crecer a 4 o 5
grados más de la temperatura habitual. Es una manera de intentar adaptarse a
los efectos del cambio climático, que hace que vayan aumentando las
temperaturas”, afirma Calles.
El
ingeniero agrónomo señala que al reducir la dependencia de los fertilizantes
sintéticos, gracias a la producción natural de nitrógeno y fósforo, se reduce
también indirectamente la emisión de gases invernadero, que contribuyen al
calentamiento global.
“Las
legumbres fijan más el carbono que otros cultivos como el maíz o el trigo, lo
que también ayuda a la mitigación”, concreta el experto de la FAO.
Combaten la pobreza rural
Además
de ofrecer un suministro de alimentos de larga conservación, los cultivos
leguminosos pueden aportar ingresos adicionales a los productores al venderse y
comercializarse. Las legumbres son cultivos de alto valor y por lo general
alcanzan precios de 2 a
3 veces más altos que los cereales.
“Las
legumbres son muy versátiles y pueden crecer en climas muy adversos. Si un
agricultor tiene un cultivo de legumbres, posee un cultivo de alto valor
nutritivo que, además de consumir, puede vender fácilmente o almacenar y
esperar a que suba su precio”, explica Calles.
“Introducirlas
en las rotaciones de cultivos puede ayudar también a los agricultores locales.
Si solo tienen una planta y esa falla no tienen qué vender ni qué comer, así
que hay que fomentar su cultivo”, concluye el experto.
Y están muy buenas
Como
explica la FAO en
su página web, una de las ventajas de las legumbres es que se pueden almacenar
durante meses sin perder su elevado valor nutritivo. Además, con ellas se
cocinan deliciosos platos en todo el mundo, por lo que son un elemento básico
de muchas dietas. En la página de la
FAO se describen recetas de cocina con legumbres de todo el planeta.
El viaje
de las semillas por el mundo
Según
la FAO , la
producción de legumbres está muy concentrada. La India,
donde estos cultivos son una fuente importante de proteínas para una población
mayoritariamente vegetariana, es el mayor productor mundial, con una cuarta
parte de la producción global en 2013.
Canadá es
el mayor exportador de leguminosas con 6,2 millones de toneladas de legumbres
(principalmente guisantes) en 2013, seguido de Australia (1,7
millones de toneladas), Myanmar (1,2
millones de toneladas),Estados Unidos (1,1
millones de toneladas) y China (800
000 toneladas). A pesar de ser el mayor productor de legumbres, India es
también el país que más las importa: es el destino principal de una cuarta
parte de las importaciones de las legumbres mundiales, seguido de la Unión Europea, China, Pakistán y Egipto.
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