miércoles, 25 de marzo de 2015

DISIPACIÓN DE PRODUCTOS FITOSANITARIOS EN CULTIVO PROTEGIDO DE LECHUGA

La aplicación de productos fitosanitarios para combatir plagas y enfermedades en cultivos hortícolas al aire libre y en invernadero lleva implícita la necesidad de evaluar los riesgos en el medio ambiente y, sobre todo, en la salud humana.

En este trabajo, publicado en las actas del Seminario de Especialista en Horticultura (año 2007, nº 15: 873-883), se muestran los resultados obtenidos en un estudio realizado en NEIKER en colaboración con el laboratorio de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Para su ejecución se consideraron las inquietudes de GILBE, BIHOEL, EROSKI y las áreas de Producción Vegetal de las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, así como la de los consumidores que cada vez son más exigentes con la calidad del producto.

Se evaluó la disipación de varios productos fitosanitarios (procimidona, imidacloprid y cipermetrin) en diferentes ciclos de cultivo (otoño, invierno y primavera) de lechuga (cultivares Bacares en invierno y Edurne en otoño y primavera).

Algunos productos no se degradaron en los plazos previstos: La procimidona no se degradó en los cultivos de otoño, invierno ni primavera y el cipermetrin no se degradó en otoño e invierno. El ritmo de degradación estuvo relacionado con las condiciones climáticas, siendo más lento en invierno.

Los resultados obtenidos evidenciaron la necesidad de seguir realizando este tipo de estudios.

Más información puede encontrarse en el archivo: Lechuga fitosanitarios_Seminario Almería 2007


FUENTE: Santiago Larregla

jueves, 5 de marzo de 2015

HALLADA UNA NUEVA FAMILIA DE PROTEÍNAS QUE CONTROLA LA RESISTENCIA DE LAS PLANTAS A LA SEQUÍA

Dos equipos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han identificado y caracterizado una nueva familia de proteínas que controla directamente la resistencia de las plantas a la sequía. Estas proteínas facilitan la función de los receptores que activan la señalización de la hormona ácido abscísico (ABA), clave en la respuesta adaptativa para sobrevivir a situaciones de estrés ambiental. Los resultados han sido publicados en la revista Plant Cell.

Las proteínas, denominadas CAR, son necesarias para que las moléculas receptoras de ABA alcancen eficientemente su sitio de acción en la membrana plasmática de la célula. “Esto es crucial, ya que es allí donde comienza el control de muchos de los procesos de adaptación a la sequía, en concreto, la regulación de la pérdida de agua por transpiración o el crecimiento de la raíz en busca de suelos más húmedos”, explica el investigador del CSIC Armando Albert, del Instituto de Química Física Rocasolano.

Los abordajes experimentales bioquímicos, de biología celular y molecular, junto con los estudios cristalográficos de alta resolución llevados a cabo utilizando la planta modelo Arabidopsis thaliana, muestran que las proteínas CAR, también presentes en plantas de cosecha, tienen una región que les permite insertarse en la membrana y otra que media su interacción con los receptores de ABA.

“Hasta este momento, se sabía que las moléculas receptoras de ABA realizaban parte de su función en el límite externo, es decir, la membrana plasmática de la célula, pero no se conocía cómo estos receptores eran anclados allí”, comenta Pedro Luis Rodríguez, investigador del CSIC en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (mixto del CSIC y la Universitat Politècnica de València).

El estrés hídrico, apuntan los investigadores, es responsable de grandes pérdidas en el rendimiento de los cultivos a nivel mundial. El hallazgo presentado en este trabajo permite el diseño de plantas de cosecha con propiedades mejoradas frente a situaciones de sequía.

Referencia bibliográfica 
L. Rodriguez, M. Gonzalez-Guzmán, M. Díaz, A. Rodrigues, A.C. Izquierdo-Garcia, M. Peirats-Llobet, R. Antonia, D. Fernández, J.A. Márquez, J.M. Mulet, A. Albert y P.L. Rodríguez. C2-Domain Abscisic Acid-Related Proteins Mediate the Interaction of PYR/PYL/RCAR Abscisic Acid Receptors with the Plasma Membrane and Regulate Abscisic Acid Sensitivity in Arabidopsis. Plant Cell. DOI:10.1105/tpc.114.129973.


FUENTE: CSIC/DICYT 

martes, 3 de marzo de 2015

LAS PLANTAS OPTIMIZAN EL USO DEL AGUA SEGÚN EL AMBIENTE EN EL QUE VIVEN

Las plantas asimilan carbono procedente de la atmósfera para crecer, lo que conlleva una pérdida de agua. Al mismo tiempo, consumen carbono durante la extracción de agua del suelo. Para sobrevivir en el ambiente en el que viven, deben optimizar el uso del agua durante estos procesos. Un equipo internacional de científicos con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un modelo global de optimización en el empleo del agua por parte de la vegetación. El estudio examina diferentes estrategias dependiendo del tipo de planta y de dónde crecen en el mundo. Los resultados, publicados en el último número deNature Climate Change, permitirán mejorar las predicciones sobre el intercambio de carbono, agua y energía en ecosistemas terrestres y sus efectos en el clima futuro.

La vegetación juega un papel fundamental en el sistema terrestre: absorbe y almacena carbono, libera agua a la atmósfera, modula el movimiento del agua en el paisaje y enfría la superficie terrestre del planeta. Este intercambio de carbono y agua entre la vegetación y la atmósfera se lleva a cabo a través de los diminutos poros que tienen las plantas en la superficie de las hojas: los estomas.

“La conductancia estomática regula la cantidad de agua que transpiran las plantas y la cantidad de carbono asimilada a través de la fotosíntesis. Por tanto, nuestra capacidad para desarrollar modelos sobre los ciclos globales de carbono y agua en un clima futuro depende en gran medida de nuestra capacidad de predecir el comportamiento de los estomas a nivel global”, explica la investigadora del CSIC en el Museo Nacional de Ciencias Naturales Ana Rey.

El análisis de datos de estudios de campo en diferentes ecosistemas, desde la tundra ártica y boreal hasta los bosques templados y tropicales, ha permitido confirmar que, en general, las plantas que crecen en climas fríos o secos, como las coníferas, son más ahorradoras en el uso del agua, mientras que las de climas húmedos y cálidos son más derrochadoras. La gran sorpresa es que los árboles perennes de la sabana se encuentran entre las plantas más despilfarradoras, a pesar de vivir en un entorno árido y caluroso.

Los resultados de este estudio permitirán, según los científicos, mejorar considerablemente los modelos existentes sobre la posible futura respuesta de los ecosistemas terrestres al cambio climático.

Referencia bibliográfica 
Yan-Shih Lin et al. Optimal stomatal behavior around the world. Nature Climate Change. DOI: 10.1038/NCLIMATE2550


FUENTE: CSIC/DICYT