jueves, 22 de septiembre de 2011

SE INICIA LA RECOGIDA DE LAS PRIMERAS VARIEDADES DE MANZANA EN LA FINCA EXPERIMENTAL DE LLESP

 
A principios de septiembre se han iniciado los trabajos de recogida de las primeras variedades de manzana plantadas en la finca experimental de Llesp de la Asociación para el desarrollo de la Ribagorza Románica. Se trata del tercer año del cultivo y de observatorio experimental de frutales en la finca del Perelló de Llesp de las variedades comerciales y autóctonas de manzana y pera. La cosecha se ha iniciado con diferentes variedades del grupo Gala (manzana de verano) y se prolongará hasta noviembre con la variedad Fuji. Durante los dos meses y medio que durarán los trabajos de recolección se espera obtener en algunas de las variedades evaluadas alrededor de 60  toneladas por hectárea. Según el investigador del IRTA, Ignasi Iglesias, “las producciones serán muy buenas por tratarse de variedades en el tercer año de plantación y duplicarán las obtenidas el año pasado”.

La finca experimental de Llesp es un proyecto impulsado por la Ribagorza Románica en colaboración con el Departamento de Agricultura que tiene la asistencia técnica del IRTA. La finca está destinada a la evaluación de 13 variedades comerciales de manzana, algunas de ellas ya conocidas como Gala, Golden, Reineta o Fuji, así como de otras más nuevas como son la Rubens, Ariane, Eveline o Milwa, entre otras, y dos variedades de pera. La finalidad es conocer el comportamiento y la calidad del fruto (calibre, color, firmeza, sabor) obtenida en una zona de montaña donde este cultivo no se encuentra implantada a escala comercial. “Queremos conocer si el territorio de la Ribagorza tiene el mismo potencial y aptitud por el cultivo de la manzana que de otras de Italia o Francia o en zonas de montaña que cultivan estas variedades de forma comercial” señala el Presidente de la Asociación, Joan Perelada.

Las fechas de calidad obtenidas en 2010 permiten afirmar que la producción en altura de manzana mejora tanto el color como la firmeza y la crocanticidad de la pulpa, obteniéndose una mejor calidad gustativo-sensorial y aromática respecto a las zonas de llana. Otro aspecto destacable es que la maduración del fruto es más lenta, cosa que proporciona un periodo de cosecha más amplio para cada variedad. Los resultados se obtendrán este año y en el 2012 permitirán realizar una valoración definitiva del potencial de la manzana y de su adaptación a la Ribagorza Románica.
El proyecto también incluye el tratamiento y evaluación de diversas variedades autóctonas, para poderlas producir a escala comercial en un futuro. Se trata de variedades seleccionadas  y cultivadas a lo largo de siglos y, por tanto, bien adaptadas al entorno geográfico de la Ribagorza Románica. De hecho, tanto la manzana como  la pera, para consumo en fresco o para cocer, han sido tradicionalmente los frutos más populares e importantes en la dieta de las zonas de montaña.

lunes, 5 de septiembre de 2011

RECUPERAN EL ADN DE VARIEDADES DE ALBARICOQUERO QUE SE CULTIVABAN HACE MÁS DE MEDIO SIGLO

 
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han recuperado el ADN de variedades de albaricoquero (Prunus armeniaca) que se cultivaban en España hace más de medio siglo. Los científicos han logrado extraer los genes maternos de la envoltura de varias semillas de albaricoque conservadas a temperatura ambiente desde los años 50 y 60 del siglo pasado. Tras comparar este material genético con las variedades vivas de los bancos de germoplasma, han podido averiguar cuáles de las que existían entonces ya se han perdido.
Las semillas llevaban más de medio siglo en un sótano de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC sin que nadie supiese el tesoro que escondían. Procedían de un amplio trabajo de cartografía de frutales de hueso y pepita recogidos en la Península Ibérica, en los años 50 y 60, por el investigador Joaquín Herrero y sus colaboradores.

“Teníamos los huesos, pero para poder saber cómo era la planta que produjo ese fruto hace 60 años teníamos que encontrar material genético idéntico al de la madre. Ese ADN lo encontramos finalmente en la cubierta de las semillas, esa piel marrón que recubre las almendras”, explica el investigador en el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (CSIC) Iñaki Hormaza, uno de los autores del artículo que aparece publicado en el último número de la revista PLoS One.

La nueva técnica sirve para obtener “la huella dactilar” de variedades de plantas antiguas y ver en qué lugares se han cultivado. “Tras obtener el patrón genético de estas variedades antiguas y compararlo con el de las variedades conservadas actualmente, hemos visto qué material y qué zonas de cultivo hay que priorizar para llevar a cabo una recuperación. Este método es válido para otras especies en las que probablemente las semillas duerman en algún sótano”, destaca Hormaza.

Martín, M. Herrero, J. I. Hormaza. Molecular characterization of apricot germplasm from an old stone collection.
PLoS One. DOI: 10.1371/journal.pone.0023979.