martes, 26 de julio de 2016

LA FIBRA DE LA ALCACHOFA AYUDA A EVITAR LOS CÁLCULOS BILIARES

Más de 100.000 personas al año reciben el alta hospitalaria en España tras haber recibido el diagnóstico médico de colelitiasis, comúnmente denominada litisis biliar o cálculos biliares, según la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria de 2014 llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Asimismo, más de 200 personas al año por cada 100.000 habitantes fallecieron en el hospital en los últimos cuatro años bajo ese diagnóstico, una cifra que asciende en cada encuesta anual.

El consumo de alcachofa favorece el buen funcionamiento de la vesícula biliar gracias a la cinarina, sustancia presente en esta verdura causante de su sabor ligeramente amargo tan característico. Este ácido fenólico que se encuentra en la alcachofa estimula la secreción biliar, lo que ayuda a evitar que se formen cálculos en las vías (piedras pequeñas).

Desde la Asociación Española de Gastroenterología hacen hincapié en que “la mayoría de casos de litisis vesicular son asintomáticos y no reportan ningún tipo de complicación para el paciente. Además, se calcula que en torno al 3% anual de pacientes pueden presentar algún tipo de síntomas de tipo dolor abdominal y que menos del 1% anual presentarán complicaciones derivadas como  pancreatitis aguda, por ejemplo”.

Antonio Gómez Castro, dietista-nutricionista especializado en atención clínica de la provincia de Alicante y miembro del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), confirma los beneficios de la alcachofa para prevenir dificultades en la vesícula biliar: “La alcachofa, como la gran mayoría de verduras, frutas y hortalizas, nos aporta una buena cantidad de fibra, que disminuye la saturación de la vesícula biliar. También nos aporta esteroles, que favorecen la limitación de la absorción del colesterol. En la alcachofa encontramos ácidos fenólicos como la cinarina, que favorece el aumento de la secreción biliar”.

Por todos los beneficios que la alcachofa aporta a la salud, incluida su capacidad de ayudar a evitar los cálculos biliares, se trata de un alimento imprescindible en nuestra alimentación, especialmente cuando, gracias a la producción nacional, está disponible fresca todo el año, así como congelada o en conserva”, afirma Antonio Galindo, presidente de la Asociación Alcachofa de España.

Las personas afectadas por cálculos biliares “deberían aumentar el consumo de fibra, ya que favorece la disminución de la saturación de la bilis sobre todo si, paralelamente, se disminuye el consumo de azúcares refinados”. Además, Gómez Castro añade que, “dado que la posibilidad de sufrir colelitiasis aumenta cuanto mayor es el grado de obesidad o sobrepeso, conviene evitar dicha situación. También se deberían evitar los periodos de ayunos prolongados y/o frecuentes, ya que pueden influir en un mayor riesgo de formación de cálculos, por saturación de los esfuerzos de la vesícula biliar, como parte fundamental del sistema digestivo”.


Es necesario añadir que los beneficios de la alcachofa para al sistema digestivo van más allá de la vesícula biliar ya que por su capacidad diurética y la presencia de minerales como el potasio, calcio, magnesio y fósforo se recomienda en el tratamiento de la diabetes, del estreñimiento, o del reuma. Ello se suma, por tanto, a las demás virtudes que la asociación Alcachofa de España difunde de un tiempo a esta parte, como el poder diurético y depurativo de esta verdura, por ejemplo.

jueves, 21 de julio de 2016

LA BIODIVERSIDAD HA CAÍDO POR DEBAJO DEL UMBRAL SEGURO POR EL USO DEL SUELO

En el 58,1% de la superficie de la Tierra, la pérdida de biodiversidad ha alcanzado unos niveles tan altos que será necesaria la intervención humana para que los ecosistemas puedan seguir cumpliendo su función. Según un nuevo estudio, la biodiversidad mundial se habría reducido un 15,4%, estando el límite seguro en el 10%. El equipo de científicos achaca el impacto a las presiones generadas por el uso del suelo y la agricultura.

La Tierra se está saturando por la presión que ejercen sobre ella los seres humanos, y esto tendrá consecuencias en el desarrollo social y económico. En 2009, un grupo de científicos liderado por el sueco Johan Rockström, director del Stockholm Resilience Centre, estableció nueve límites planetarios, un marco internacional que define un espacio operativo seguro para la humanidad.
El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el exceso de nitrógeno y fósforo en la producción, el agotamiento del ozono estratosférico, la acidificación de los océanos, el consumo mundial de agua dulce, el cambio en el uso del suelo (agricultura), la contaminación del aire y la química son las nueve áreas que si se sobrepasan cambiarán el medio ambiente de manera abrupta e irreversible.

Un grupo internacional de científicos, liderado por la University College London en Reino Unido, ha cuantificado en detalle por primera vez el efecto de la pérdida mundial de biodiversidad y revela que las presiones relacionadas con el uso del suelo la han reducido enormemente. Según el Índice de Integridad Biótica (IIB), el límite seguro de pérdida de biodiversidad está en el 10%, es decir que en ese caso un 90% de la abundancia de especies se mantendría intacto.
Sin embargo, "la pérdida de biodiversidad corresponde a una media de 15,4%, medida a partir del IIB”, dice a Sinc Tim Newbold, autor principal e investigador en el University College London. La biodiversidad se situaría por tanto en el 84,6%, es decir por debajo del 90%, aunque algunos investigadores señalan que puede considerarse segura una reducción hasta el 70%.
El trabajo señala que incluso si se tiene en cuenta la aparición de nuevas especies en una determinada región, el IIB sigue situándose por debajo del umbral aconsejable, a un 88% de su valor previo al factor humano.

Los biodiversidad de los pastizales, la más afectada

El estudio, publicado en Science, estima que en el 58,1% de la superficie terrestre mundial –que alberga al 71,4% de la población mundial– la biodiversidad local se ha reducido por debajo de esos límites planetarios propuestos por Rockström. Según los científicos, la integridad de la biodiversidad está en declive incluso en las zonas más salvajes, donde habitan multitud de especies y que se consideran puntos calientes de biodiversidad.
“Nos hemos dado cuenta de que en prácticamente todo el mundo la pérdida de biodiversidad ya no está en el límite seguro sugerido por los ecologistas”, explica Tim Newbold. Según la investigación, nueve de los 14 biomas terrestres han superado el límite de seguridad recomendado para la biodiversidad, pero este número se reduce a siete de cada 14 si la aparición de nuevas especies se incluye en la evaluación.
Pastizales, sabanas y montes bajos son las áreas más afectadas por la pérdida de biodiversidad, seguidos muy de cerca por muchos bosques. “Las más afectadas son las praderas de zonas templadas, porque es donde la mayoría de la agricultura se desarrolla. Sin embargo, muchas áreas tropicales también han alcanzado esos límites por la creciente agricultura que se lleva a cabo en esas zonas”, subraya a Sinc Newbold. La Amazonía, que no ha experimentado cambios en los usos del suelo, tiene niveles más altos de biodiversidad.

Los ecosistemas pierden su función

El trabajo demuestra también que los niveles de la pérdida global de biodiversidad podrían afectar negativamente a la función del ecosistema y la sostenibilidad de las sociedades humanas.
“Existen evidencias de que la pérdida de biodiversidad puede reducir las funciones ecológicas como la produccion agrícola, el crecimiento de organismos vivos, el ciclo de nutrientes y la polinización. Además la pérdida de biodiversidad hace que las funciones del ecosistema bajo cambios ambientales como el cambio climático sean menos probables”, alerta el científico.
Hasta ahora, los científicos no tenían del todo claro cómo la pérdida de biodiversidad afectaba a la función del ecosistema. “Lo que sí sabemos es que en muchos lugares del mundo, nos acercamos a una situación en la que la intervención humana podría necesitarse para mantener esta función”, recalca el investigador.
Los científicos usaron datos procedentes de cientos de estudios y analizaron la abundancia de animales, plantas y hongos en 2,38 millones de registros sobre 39.123 especies en 18.659 lugares, desde hábitats naturales, áreas agrícolas y urbanas. Los análisis del proyecto PREDICTS permitieron comprobar en cada kilómetro cuadrado de tierra cómo ha cambiado el hábitat.
El equipo subraya que si no se controla la pérdida de biodiversidad, se minarán los esfuerzos hacia un desarrollo sostenible a largo plazo. “Los políticos se preocupan mucho por la recesión económica pero la ecológica podría tener consecuencias incluso peores. Hasta que no recuperemos la biodiversidad, estamos jugando a la ruleta ecológica”, declara Andy Purvis del Natural History Museum de Londres, y coautor del estudio.
Newbold propone volver a los límites seguros restaurando algunas zonas del hábitat natural y preservando las áreas restantes. “Tendremos que restaurar las tierras usadas por los humanos”, concluye.

Referencia bibliográfica:
Tin Newbold et al. "Has land use pushed terrestrial biodiversity beyond the planetary boundary? A global assessment" Science 14 de julio de 2016


Fuente: SINC

lunes, 11 de julio de 2016

LAS MICROCÁPSULAS DE BRÓCOLI AUMENTAN SUS PROPIEDADES SALUDABLES

El brócoli es una verdura muy valorada por sus efectos quimiopreventivos, pero las sustancias de su composición se degradan por la acción del oxígeno. Un equipo de científicos ha evaluado las ventajas de la microencapsulación para proteger al alimento de factores externos, enmascarar sabores y olores desagradables, y aumentar sus propiedades saludables sin alterar sus atributos sensoriales. La técnica se puede aplicar también a otro tipo de alimentos.

Cada vez son más los consumidores que prefieren ingerir alimentos de forma inteligente, fortaleciendo así su salud y el sistema inmunológico. En este sentido, el brócoli es muy valorado por sus efectos quimiopreventivos, que se atribuyen a su composición en glucosinolatos, flavonoides, carotenoides, ácido ascórbico y aminoácidos. Pero al igual que sucede con otros alimentos, estas sustancias se degradan fácilmente por la acción del oxígeno, reduciendo así su potencial beneficio para la salud.

Es por ello, que desde la Universidad de Extremadura en colaboración con el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX-INTAEX), se ha llevado a cabo un estudio en el que se ha evaluado las ventajas que aporta la microencapsulación de alimentos, concretamente el brócoli, a la hora de reducir la reactividad a factores como el agua, el oxígeno o la luz, así como la liberación controlada del compuesto que haya sido encapsulado.

“La microencapsulación en la industria agroalimentaria es un proceso por el que pequeñas partículas o gotas de un determinado alimento son rodeadas por una capa de materiales de distinta naturaleza para dar lugar a pequeñas cápsulas, creando así una barrera entre la sustancia contenida en la microcápsula y el ambiente”, explica Patricia Calvo, investigadora del Instituto Tecnológico Agroalimentario (INTAEX) integrado en el CICYTEX, y una de las autoras del estudio.
De esta forma, el alimento queda protegido de factores externos, enmascara sabores u olores que pueden ser desagradables, además de permitir la liberación controlada del compuesto.

Microcápsulas para diferentes alimentos

En este trabajo se utilizó como modelo el brócoli por su fuerte olor a la hora de su cocción, lo cual permitía “comprobar cómo se comporta esta tecnología de microencapsulación frente a compuestos volátiles”, añade Francisco Sánchez investigador del INTAEX, que recuerda que se puede utilizar con cualquier alimento.
En este caso Mª Josefa Bernalte, profesora de la Escuela de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Extremadura (UEx), y miembro del grupo de trabajo explica que, “las microcápsulas de brócoli generadas tienen un tamaño en torno a las 100 micras, de esta forma se puede añadir fácilmente a diferentes alimentos como por ejemplo formulaciones cerradas tales como sopas o purés deshidratados, pues se consigue enmascarar el mal olor del producto, conservando sus propiedades beneficiosas.”
Al final, el objetivo que se consigue con esta técnica es proteger el compuesto encapsulado de posibles oxidaciones provocadas por la agresión del medio físico además de enmascarar los sabores y olores desagradables para el consumidor propios de este alimento.

Referencia bibliográfica:

F.M. Sánchez, F. García, P. Calvo, M.J. Bernalte, D. González-Gómez. “Optimization of broccoli microencapsulation process by complex coacervation using response surface methodology”. Innovative Food Science and Emerging Technologies 34 (2016) 243–249 doi:10.1016/j.ifset.2016.02.008


Universidad de Extremadura (UEx)

lunes, 4 de julio de 2016

RESIDUOS DE MORA Y AGUACATE CON POTENCIAL PARA LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA

Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia encuentran vitaminas, antioxidantes y minerales

Vitaminas, antioxidantes y minerales, encontrados en cáscaras, semillas y bagazos del aguacate y la mora, sugieren que los residuos orgánicos son una óptima materia prima para la fabricación de productos farmacéuticos y cosméticos.

Así como de la refinería de petróleo es posible obtener gasolina, diésel, asfalto, gas o queroseno, en la biorrefinería el rasgo distintivo es la materia prima utilizada, que proviene de residuos orgánicos (biomasa).
Una investigación adelantada en la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales determinó que ambos frutos son una fuente rica en compuestos, con alto potencial en la industria de los biocombustibles y la bioenergía, así como en la producción de ácidos orgánicos (vinagre, ácido ascórbico, ácido salicílico, entre otros).

“Encontramos que los residuos de la mora contienen antioxidantes cercanos a los 126,41 mg/kg y de los aguacates se obtienen hasta un 17 % de aceite; ambos, compuestos valiosos para la industria farmacéutica, de alimentos y cosméticos”, afirma Javier Andrés Dávila Rincón, doctor en Ingeniería - Línea de Investigación en Automática.

Dado que la industria de procesamiento de frutas en Colombia genera importantes cantidades de residuos no comestibles, estos pueden, potencialmente, ser una fuente importante para la extracción de compuestos valiosos. En el país, alrededor del 70 % (en peso) de las frutas y verduras se convierten en subproductos o no comestibles, debido, entre otros aspectos, a las prácticas indebidas, retos asociados a la cadena de distribución de frío o un transporte inadecuado que daña los frutos.

Por ejemplo, en 2011, según el Anuario Estadístico de Frutas y Hortalizas del Ministerio de Agricultura de Colombia, publicado por el Ministerio de Agricultura, se produjeron alrededor de 3,3 millones de toneladas de frutas. “Si se tienen en cuenta las pérdidas porcentuales en la industria del procesamiento de frutas, alrededor de 2,31 millones de toneladas se pierden cada año”, amplía el joven investigador.

Al respecto, el profesor Carlos Ariel Cardona Alzate, director del grupo en Procesos Químicos, Catalíticos y Biotecnológicos de la un Sede Manizales, explica que cerca del 65 % de las basuras son residuos orgánicos y el 35 % inorgánicos. “En el caso de los orgánicos, solo el 40 % de los residuos sólidos municipales tiene un manejo adecuado, el 50 % es manejado de forma indebida y apenas el 10 % es recuperado a través del reciclaje”.

Sin embargo, el principal uso y aplicación de la biomasa, generada por los residuos orgánicos (particularmente maíz, café, arroz, podas, ramas y madera), es la obtención de energía eléctrica y térmica por combustión y, en algunos casos, la producción de biocombustibles. Por ello, en busca de alternativas para sectores industriales relacionados con la cosmética y la farmacéutica, se llevó a escala piloto el diseño de una biorrefinería basada en las frutas.

Ingeniería de procesos

Según los investigadores, algunos compuestos funcionales (fenólicos, carotenoides, flavonoides, vitaminas, antioxidantes, enzimas y antocianinas, entre otros) podrían encontrarse en la parte comestible de las frutas, y también en sus residuos.

Asimismo, los desechos tienen un contenido lignocelulósico atractivo que permite obtener, mediante procesos bioquímicos, mecánicos y termoquímicos (ingeniería de procesos), productos de valor añadido.

Gracias al vínculo existente entre el Instituto de Biotecnología y Agroindustria (IBA) de la Sede con algunas empresas de la región, como Frugy, se logró obtener la materia prima requerida para esta investigación. Para ello, el estudio se basó en los procesos de hidrólisis (descomposición de sustancias orgánicas por la acción del agua) y la extracción de compuestos valiosos con fluidos supercríticos (cualquier fluido sometido a temperaturas extremas) a partir de cáscaras, semillas y bagazos de la mora y el aguacate.

De esta manera, se determinó que la mora tiene una buena oferta de compuestos fenólicos y extractos con capacidad antioxidante, así como una fuente de antocianinas, para las que existe aplicaciones en la medicina, específicamente en la prevención del cáncer. Además, el contenido de holocelulosa (más del 61 %) podría utilizarse en la obtención de azúcares C5 y C6; la lignina hallada (19,22 %) podría servir para la elaboración de combustibles, así como componentes de materiales compuestos y poliméricos.

En el caso del aguacate, (variedad Hass) fueron utilizadas la cáscara y pepa (semilla), de las cuales se extrajeron flavonoides, terpenoides, esteroides, saponinas y taninos. Su contenido de holocelulosa (celulosa y hemicelulosa) fue del 52,88 %, y podría emplearse en la elaboración de productos a partir de azúcares C5 y C6. También, ambos residuos serían esenciales en la producción de extractos con capacidad antioxidante.

Para esta investigación fue empleado un método termomecánico (procesos a temperatura y esfuerzos mecánicos controlados) para extraer aceite del aguacate, que podría tener propiedades y usos similares al aceite de oliva.

Otro beneficio, que se obtuvo como valor agregado, fue generar la energía que necesitaba la planta de biorrefinería, para extraer los compuestos químicos de la mora y el aguacate, a través de sus propios residuos mediante la obtención de energía eléctrica y térmica.

De esta manera, la investigación adelantada por Javier Andrés Dávila ha permitido ampliar el concepto de biorrefinería para el procesamiento de frutas en Colombia, a través de una propuesta innovadora, que permite la utilización completa y sostenible de todos sus componentes. Por tanto, podría reflejarse en una mejora de las cadenas productivas.


FUENTE: UN/DICYT